Cómo tomar decisiones acertadas, a pesar de las dudas.
Decidir es avanzar y adaptarse a los cambios.
Diariamente tenemos la oportunidad de decidir sobre distintas las situaciones que se presentan en nuestra vida personal y en el trabajo. Puede tratarse de resoluciones pequeñas y cotidianas, o de elecciones que cambian por completo el rumbo de los acontecimientos.
Dedicar un tiempo a la reflexión de las ideas y emociones que nos surgen, es útil y necesario para superar la inseguridad que conlleva, no obstante, también lo es aceptar que la mayoría de las veces es preciso asumir ciertos riesgos para avanzar y superarse con los cambios.
¿Qué facilita una buena toma de decisiones?
Si bien no existe una receta para dar en el clavo, estos consejos te ayudarán a identificar la opción que mejor se adapta a ti:
Acostúmbrate a actuar desde una visión global, the big picture
Por grande o pequeño que sea el reto que afrontes, primero de todo, trata de tomar distancia y observarlo como algo que impacta en una imagen futura mayor.
Puedes coger lápiz y papel y plasmar a tu manera tu situación actual y los posibles escenarios de futuro que se darán en función de tus elecciones presentes.
Incluye en tu visión tus objetivos a corto, medio y largo plazo, para que puedas revisar si lo que decidas hoy te impulsa o te frena en lograr lo que quieres para mañana.
Valora tus opciones en función de tus valores
Anota qué es lo que más te importa en este momento, identificando unos cinco valores (por ejemplo, éxito, libertad, salud, aprendizaje, resultados), porque tenerlos en cuenta, te servirá de brújula para calibrar si tus decisiones están alineadas o no con tus prioridades actuales.
Atiende lo que sientes
Cuando tenemos que escoger entre dos o más opciones, es normal que nos invadan ciertas emociones. Enfadarse, ilusionarse o tener miedo está bien, siempre que sea en su justa medida. Cierto temor te ayuda a ser prudente, aterrorizarte no, por eso ser consciente y saber gestionar tus emociones es fundamental. Te servirá compartir tus sensaciones con alguien cercano, e identificar si lo que sientes está condicionando tu objetividad.
Hazte responsable y acepta el error
Elegir conlleva tomar las riendas, asumir tu poder personal y el que eres partícipe de tu realidad. Si te cuesta hacerlo, es posible que interpretes los errores como fracasos, en lugar de comprender que son positivos y necesarios para tu evolución. Entiende, que cuando tratas de evitar equivocarte en exceso, te vuelves estático, acallando tu creatividad y disminuyendo tus oportunidades de cambio e innovación.
Asume ciertos riesgos con confianza y realismo
Las decisiones originadas en la seguridad de que sabrás darle la respuesta más adecuada a lo que venga, te permitirán aprender, conocerte y avanzar, siempre que seas realista con los recursos internos y externos que posees, y con tus limitaciones.
Genera momentos de quietud, intuye lo que más te conviene
Porque cerebro y corazón no actúan separados, además de ver, reflexionar y sopesar acerca de tus mejores opciones, date el tiempo y el espacio adecuados para sentir y escuchar lo que te dice tu instinto. Cuanto más conectado estés contigo, más fácil te será escuchar tu voz interior.
Y recuerda, acertar no es más que descansar en la tranquilidad de que haces las cosas lo mejor que puedes y sabes en cada momento, teniéndote en cuenta a ti y a los demás, y que si tus decisiones te llevan a escenarios que no son los que esperabas, siempre conservas el poder de elegir el paso siguiente.
Ángeles Roa García
Coach&Mentora Laboral