El Poder de la Autoconfianza

 

Nacemos con confianza plena, intentándolo todo desde que somos bebés, sin temor a que se nos caiga la cuchara al comer o a tropezarnos cuando comenzamos a andar.

Pero a medida que crecemos, la seguridad en nosotros va disminuyendo a consecuencia de los mensajes que grabamos del entorno cercano, de lo que otros esperan de nosotros y de lo que se valora por el contexto social.

 

La confianza se construye

La buena noticia, es que en cualquier momento podemos restaurarla, incrementarla y conectarnos con ella si sabemos cómo hacerlo.

Imagina que la confianza es como tener un depósito dentro de ti, que cuando está lleno te permite avanzar y conseguir lo que te propongas, y que si se vacía te impedirá lograrlo. Si quieres que no te falté este apreciado combustible, puedes empezar a practicar lo que te ayuda a subirlo.

 

El cuento que te cuentas, cuenta (y mucho)

¿Has escuchado hablar de las creencias limitantes?, ¿esas opiniones negativas que damos por buenas en forma de no puedo, no sé, no valgo o no me lo merezco? Para cultivar tu confianza, verifica si lo que te dices es una verdad absoluta, o si se trata de opiniones externas que a lo largo de tu vida has ido dando por buenas. Te adelanto que la mayoría no son verdad, y que te abrirás a nuevas oportunidades si las sustituyes por un discurso de respeto y buenas palabras hacia ti.

 

Ser realista, la base de tu autoestima

Pocas cosas afectan negativamente a tu depósito de confianza, como desconocer tus propias limitaciones. Para creer en ti, comienza por plantearte y comprometerte con metas que estén dentro de tus posibilidades. Conseguir lo que sí puedes, te dará la fuerza para adquirir nuevas capacidades y plantearte objetivos más ambiciosos.

 

Identifica tus recursos internos y expandirás tu potencial

Seguro que practicar la mirada apreciativa y reconocer lo que sí tienes, es algo que no acostumbras a hacer, y sin embargo, es la fuerza motriz más fuerte que posees: tu poder interior.

Ser consciente de todo lo bueno que tienes, te llevará a un segundo nivel. Puedes acompañarte de un profesional que te ayude a identificar tus conocimientos, talentos, habilidades, logros y valores. Hacerlo disolverá tus inseguridades.

 

Acepta la imperfección y valora el error

Cuando crees que tienes que hacer las cosas “bien” todo el tiempo, ignorando que equivocarnos es valioso y necesario para nuestra evolución personal,  disminuyes intensamente tu autoconfianza y sufres. Sabernos vulnerables, imperfectos, con derecho a pedir ayuda y aprender, no solo es una fortaleza si no que nos conecta como seres humanos.

 

Identifica tus emociones, y atrévete a actuar con miedo

No debes sentirte plenamente confiado para atreverte actuar. Más bien descubre cómo te sientes en la incomodidad de no verte totalmente capaz, y si lo que te planteas es realista y razonable, date la oportunidad de entrar en acción y llevarlo a cabo “como si tuvieras confianza” . Hacerlo así, es la forma de generar experiencias de logro y de que poco a poco desaparezcan tus sensaciones debilidad o bloqueo.

 

Tu postura, una buena aliada

Según los expertos, entre ellos la psicóloga Amy Cuddy, el adoptar una pose de poder, erguidos, bien anclados y expandiendo el cuerpo, nos cambia la bioquímica interna, subiendo la testosterona (hormona de la fuerza) y disminuyendo el cortisol (hormona del estrés). Por eso, es importante adoptar esta clase de posturas y ser consciente de que te servirán cuando necesites de una mayor confianza.

 

Y recuerda, el momento del cambio siempre es ahora, elige cultivar tu autoconfianza y vive la diferencia.

 

Ángeles Roa

Coach&Mentora Laboral

Experta en Liderazgo y Facilitación de equipos

 

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