REUNIONES RETROSPECTIVAS

 

Mirar al pasado, para redefinir el futuro.

 

Aunque hay etapas, como el mes de diciembre, en las que es habitual hacer balance de los meses pasados, existe una técnica poderosa utilizada por los equipos denominados “ágiles”, que propone mantener la voluntad de autorevisarse durante todo el año para mejorar las dinámicas relacionales, los procesos de trabajos y la productividad.

 

¿En qué consiste una retrospectiva?

Se trata de una reunión que realizamos para reflexionar juntos acerca de cómo hemos trabajando, identificando impedimentos, áreas de oportunidad y acciones concretas a seguir.

Puede realizarse después de una entrega o prestación de servicios, cuando finaliza un ciclo de trabajo, como encuentros quincenales o mensuales, o programarse para resolver un tema en particular, por ejemplo, una situación de conflicto o de crisis.

La clave está en que sean periódicas, y que sirvan tanto para reconocer lo que nos está fallando como lo que estamos haciendo bien.

 

Beneficios de compartir y tomar conciencia

Cuando se realizan con honestidad y compromiso, las retrospectivas potencian el trabajo colaborativo, la motivación, fortalecen la confianza, generan una buena comunicación, estimulan la creatividad conjunta y facilitan un rendimiento más eficiente y eficaz.

Si en el equipo faltan ciertas habilidades vinculadas a la comunicación, es recomendable hacer una labor previa con las posiciones que ejerzan un liderazgo, o acompañarse de un facilitador experto.

 

Esquema de una retrospectiva

Existen diferentes maneras de llevarla a cabo. Una de ellas puede ser a través de formularnos preguntas abiertas enfocadas y de seguir los siguientes pasos:

Preparar el escenario: el objetivo es lograr que las personas conozcan e internalicen los objetivos de la reunión y el tiempo programado.

Recolectar datos: con la intención de capturar todos los puntos de vista, emociones y hechos que nos proporcionen una visión común de la situación del equipo en relación con lo que se propone.

Generar ideas: para comprender y encontrar puntos de convergencia. Nos servirá indagar sobre:

  1. ¿Qué estamos haciendo bien y queremos seguir haciendo?
  2. ¿Qué queremos dejar de hacer?
  3. ¿Qué podemos empezar a hacer que nunca hemos hecho?
  4. ¿Qué obstáculos identificamos y cómo nos proponemos superarlos?
  5. ¿Qué más tengo para expresar y pedir?
  6. ¿Qué más puedo escuchar y aprender de los demás?

 

Tomar acciones: definir qué es lo prioritario y diseñar acciones a llevar a cabo, acuerdos de trabajo, o nuevas de resolver algo.

Cerrar: es importante que sea agradable, por lo que, si hubo conflictos o tensiones, es el momento de dejarlos ir. Se puede hacer una breve ronda para nombrar o escribir a modo de titular, qué cosas nos han gustado más y cuáles menos de la sesión, así cada uno puede expresarse y no irse con algo atragantado o a quejarse de lo que no pudo resolver en esta.  Se busca que las personas salgan con ganas de llevar a cabo sus compromisos y sostener los acuerdos que ellas mismas han elegido.

 

Autoconocimiento para ser más ágiles

No es posible hacer las mismas cosas y esperar resultados diferentes. Si lo que queremos es solucionar los problemas en las organizaciones y ofrecer un valor añadido, tenemos que empezar por cuestionarnos a nosotros mismos.

Quienes ejercen posiciones de liderazgo, tienen en la retrospectiva un recurso para el empoderamiento personal por la implicación que conlleva, además de ser una buena técnica para identificar las fortalezas, las limitaciones y el potencial de los equipos, fomentando relaciones más productivas y gratificantes.

Como consejo, conviene investigar sobre las diferentes formas de llevarlas a la práctica para sacarles el máximo partido.

 

Y recuerda, parar en un mundo rápido, nos ayuda a avanzar.

 

Ángeles Roa García
Coach&Mentora Laboral

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Cómo tomar decisiones acertadas, a pesar de las dudas.

 

Decidir es avanzar y adaptarse a los cambios.

 

Diariamente tenemos la oportunidad de decidir sobre distintas las situaciones que se presentan en nuestra vida personal y en el trabajo. Puede tratarse de resoluciones pequeñas y cotidianas, o de elecciones que cambian por completo el rumbo de los acontecimientos.

Dedicar un tiempo a la reflexión de las ideas y emociones que nos surgen, es útil y necesario para superar la inseguridad que conlleva, no obstante, también lo es aceptar que la mayoría de las veces es preciso asumir ciertos riesgos para avanzar y superarse con los cambios.

 

¿Qué facilita una buena toma de decisiones?

Si bien no existe una receta para dar en el clavo, estos consejos te ayudarán a identificar la opción que mejor se adapta a ti:

 

Acostúmbrate a actuar desde una visión global, the big picture

Por grande o pequeño que sea el reto que afrontes, primero de todo, trata de tomar distancia y observarlo como algo que impacta en una imagen futura mayor.

Puedes coger lápiz y papel y plasmar a tu manera tu situación actual y los posibles escenarios de futuro que se darán en función de tus elecciones presentes.

Incluye en tu visión tus objetivos a corto, medio y largo plazo, para que puedas revisar si lo que decidas hoy te impulsa o te frena en lograr lo que quieres para mañana.

 

Valora tus opciones en función de tus valores

Anota qué es lo que más te importa en este momento, identificando unos cinco valores (por ejemplo, éxito, libertad, salud, aprendizaje, resultados), porque tenerlos en cuenta, te servirá de brújula para calibrar si tus decisiones están alineadas o no con tus prioridades actuales.

 

Atiende lo que sientes

Cuando tenemos que escoger entre dos o más opciones, es normal que nos invadan ciertas emociones. Enfadarse, ilusionarse o tener miedo está bien, siempre que sea en su justa medida. Cierto temor te ayuda a ser prudente, aterrorizarte no, por eso ser consciente y saber gestionar tus emociones es fundamental. Te servirá compartir tus sensaciones con alguien cercano, e identificar si lo que sientes está condicionando tu objetividad.

 

Hazte responsable y acepta el error

Elegir conlleva tomar las riendas, asumir tu poder personal y el que eres partícipe de tu realidad. Si te cuesta hacerlo, es posible que interpretes los errores como fracasos, en lugar de comprender que son positivos y necesarios para tu evolución. Entiende, que cuando tratas de evitar equivocarte en exceso, te vuelves estático, acallando tu creatividad y disminuyendo tus oportunidades de cambio e innovación.

 

Asume ciertos riesgos con confianza y realismo

Las decisiones originadas en la seguridad de que sabrás darle la respuesta más adecuada a lo que venga, te permitirán aprender, conocerte y avanzar, siempre que seas realista con los recursos internos y externos que posees, y con tus limitaciones.

 

Genera momentos de quietud, intuye lo que más te conviene

Porque cerebro y corazón no actúan separados, además de ver, reflexionar y sopesar acerca de tus mejores opciones, date el tiempo y el espacio adecuados para sentir y escuchar lo que te dice tu instinto. Cuanto más conectado estés contigo, más fácil te será escuchar tu voz interior.

 

Y recuerda, acertar no es más que descansar en la tranquilidad de que haces las cosas lo mejor que puedes y sabes en cada momento, teniéndote en cuenta a ti y a los demás, y que si tus decisiones te llevan a escenarios que no son los que esperabas, siempre conservas el poder de elegir el paso siguiente.

 

 

Ángeles Roa García
Coach&Mentora Laboral

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Supera la ansiedad de encontrar un empleo

 

10 Consejos para lograrlo exitosamente en el actual mercado laboral

 

La búsqueda de trabajo ha cambiado tanto en los últimos tiempos, que son muchas las personas que se angustian y sufren porque no saben por dónde empezar.

La globalización del talento, el teletrabajo, el protagonismo actual de las “habilidades blandas”, soft skills, la digitalización, los rangos de edad y la pandemia, entre otros factores, están creando desafíos profesionales diferentes a los que hasta ahora habíamos visto.

 

En este artículo, te comparto algunos consejos que te facilitarán el conseguirlo con éxito.

 

Conoce tus objetivos profesionales

Primero de todo, determina tus metas a corto, medio y largo plazo, identificando a qué posición laboral aspiras y en qué sector quieres desarrollarte. Revisa con cuáles conocimientos, competencias y habilidades has de contar para poder desempeñarla, y a partir de aquí, podrás diseñar un plan de acción, sabiendo con qué cuentas y lo que te falta adquirir para alcanzar lo que te has propuesto.

 

Determina tu perfil profesional

Porque será la brújula que te permita acotar tu búsqueda de empleo y enfocarte en tus “empresas diana”. El perfil profesional, consiste en describir brevemente de forma clara el puesto al que optas, destacando tus capacidades, características personales, y las habilidades y experiencia que posees para el ejercicio de una profesión concreta. Si eres joven, muestra lo que puedes aportar a futuro.

 

Descubre tu valor diferencial

En un mercado altamente competitivo, has de tener meridiano lo que te hace diferente de los demás, “eso” por lo que han de contratarte a ti, y que es una mezcla de lo que sabes, tus experiencias, logros, valores, aptitudes, características, competencias en la materia y tus aspiraciones futuras.

 

Aprende dónde están las ofertas de trabajo

Recurre a los Servicios de Empleo Público de tu localidad, inscríbete en portales virtuales y metabuscadores adecuados para ti, acude a las Empresas de Trabajo Temporal, Agencias de Colocación y Headhunters, y utiliza las posibilidades que te ofrecen algunas redes sociales como Linkedin, Twitter y Facebook. Además, existen vacantes no visibles, a las que solo accederás si contactas a través de webs empresariales, conectando con RRHH o mediante tu red de contactos.

 

Diseña un curriculum de diez

Esta es una de las partes más complicadas, y a su vez más relevante para que te llamen a entrevistas de trabajo. Hacerlo bien, implica una fase de introspección y conocimiento de las nuevas tendencias del mercado, como el curriculum virtual o el videocurrículum. Además, es recomendable tener más de uno en función de tus objetivos profesionales y para adaptarlo a las condiciones de las ofertas.

 

Prepara al máximo tus entrevistas de trabajo

Investiga sobre la empresa a la que te diriges, las condiciones del puesto al que te presentas y prepara las preguntas clave que puedan hacerte. Conoce las clases de entrevistas que se utilizan hoy en día (virtuales, grabadas, en grupo o one to one) y cómo afrontarlas.

 

Utiliza cartas de presentación y motivacionales

Te servirán para contactar con RRHH y ampliar información relevante que no hayas incluido en tu curriculum. Además, sirven para hacer peticiones, solicitar entrevistas, enviar un dossier, resumir un proyecto o adjuntar cartas de recomendación.

 

Planifica, recopila datos y haz un buen seguimiento de tus acciones

Para que no se te pase nada, registra cada paso presente y futuro que des, y sigue de cerca tus procesos de selección (personas con las que has hablado, lugares, fechas, datos de contacto, …). Ten en cuenta que el interés que muestres en cubrir una oferta, puede ser un factor clave para que te elijan.

 

Elabora tu marca personal

Expresa quién eres y qué representas como profesional. Es algo que puedes visibilizar a través de varios canales: en tu curriculum, tus redes, durante la entrevista, con tu imagen personal o a través de tu comunicación, y es una forma de mostrar tu valor diferencial.

 

Déjate ayudar y cultiva un buen estado de ánimo

Porque buscar o cambiar de trabajo es un proceso complejo a nivel práctico y emocional, pide orientación y ayuda tanto a profesionales de los servicios públicos, como a coaches laborales, mentores y a tu círculo de contacto.

 

Y recuerda, con optimismo, foco y firmeza siempre se obtienen frutos.

 

 

Ángeles Roa García
Coach&Mentora Laboral

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Septiembre, el reto de mantener tu equilibrio interior

 

Cuando nuestra manera de pensar, sentir y actuar está en coherencia con lo que realmente queremos, encontramos la armonía en todos los meses del año.

 

Llega septiembre, y vivimos una de las transiciones más significativas del calendario. Venimos de un reseteo estival, una época de paréntesis en nuestro ritmo de vida habitual, en la que hayamos estado trabajando o no, llevamos horarios y actividades muy distintas al resto de estaciones, porque los días son más largos, tenemos otra temperatura y la oportunidad de hacer algo diferente a lo que nos invitan los tiempos de frío.

 

Adéntranos en el otoño no es igual para todos

Si eres una persona a la que le gusta su vida personal y su trabajo, las vacaciones son un período para coger energía, regresar con ilusión y poder afrontar nuevas metas comenzando el curso anual.

En polo opuesto están las personas desganadas, insatisfechas con lo que tienen, para quienes, tras días de desconexión y descanso, llega el momento y el “shock” de volver a una rutina, horarios y responsabilidades que se les hacen muy cuesta arriba. Por ello, se desestabilizan y sienten el peso de unos deberías que les provocan estados de tristeza, desmotivación, estrés e incluso ansiedad.

Y sin embargo, este malestar puede convertirse en una estupenda oportunidad para replantearse qué es lo que necesita ser modificado en sus vidas, o para elegir qué nuevos rumbos profesionales tomar.

 

Mirando septiembre con otros ojos

Cambio de ciclo, retos, tiempo de renovación, entramos en una nueva estación activa y agradable en la que seguir aprovechando los últimos días de calor.

Septiembre es un tiempo excelente para reordenarnos, planificar nuestra agenda personal y empresarial, simplificar y soltar lo que no nos es útil, al igual que comienzan a hacer los árboles con sus hojas, ideal para pararnos y “visionar” cómo serán nuestros próximos meses.

 

Póntelo fácil y sigue feliz tras el verano

Durante el año, la mayoría de nosotros hemos estado sometidos a presión, máxime teniendo en cuenta la pandemia Covid que estamos viviendo en los últimos años.

Hemos recibido el verano como agua de mayo para recuperarnos física y mentalmente de los meses anteriores, y por esta razón tanto si estamos bien con nuestras vidas, como sí no, es normal que nos cueste arrancar, volver al trabajo, al colegio si hay niños, y a los hábitos propios de este tiempo.

 

Lo bueno, es que podemos mantenernos en bienestar, si nos facilitamos la transición:

 

  • Primero de todo sé consciente de que rutina, descanso y nuevas ilusiones no son incompatibles.
  • Camina despacio, toma el sol y sigue previendo actividades para disfrutar todas las semanas.
  • Para y reflexiona qué es lo que deseas que esté presente en tu día a día, define tus objetivos y busca apoyo para ir a por ellos.
  • Planifica tu agenda y no te sobrecargues de trabajo los primeros días. Y si no organizaste tus metas y tareas antes del verano, ahora es un momento ideal para hacerlo siendo realista.
  • Crea nuevas conductas a favor de lo que sí quieres.
  • Si te tensionas, considera tus demandas diarias, puede ser una señal de que algo no te está funcionando o sea preciso soltar un exceso de ocupaciones.
  • Incorpora actividades físicas que aumenten tus endorfinas, para tener un buen estado de ánimo.
  • Regresa poco a poco a tus horarios habituales de sueño, antes de incorporarte al trabajo.

 

Recuerda que permanecer en equilibrio todo el año es posible, si te lo propones.

 

Ángeles Roa García
Coach&Mentora Laboral

 

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En verano, recupera tu bienestar personal y profesional

 

Hacernos responsables de nuestro tiempo de disfrute y descanso, es lo mejor que podemos hacer por nosotros mismos.

 

Producir más y más, en ningún caso es sinónimo de efectividad y eficiencia, si no que más bien puede poner en peligro el que tengamos salud, rindamos de forma óptima y sepamos adaptarnos a las actuales y cambiantes circunstancias laborales.

Sin embargo, cada vez hay más personas con dificultades para desconectar de su profesión, situación que ha empeorado desde el aumento del teletrabajo a causa de la pandemia.

 

Primer paso, ser consciente de que procurar la desconexión es cosa de todos.

Al igual de las organizaciones han de respetar los tiempos de respiro para el bienestar de sus empleados, nosotros mismos también hemos de darnos permiso para desvincularnos del trabajo.

Porque somos seres humanos, y no máquinas, es imprescindible que durante el año tengamos momentos de recuperación física y mental, a través del gozo, la relajación, el movimiento y el cultivo de unas buenas relaciones personales.

 

Asumir las consecuencias negativas de no hacerlo.

¿Qué sucede cuando en la agenda diaria no hay espacios para el placer y las vacaciones?

  • La salud física y emocional empeoran en forma de cansancio, dolores musculares, estrés ansiedad, tristeza o lo que es peor de enfermedades.
  • Se deterioran nuestros vínculos.
  • Nos cuesta pensar, innovar, ser creativos y rendir con fluidez.
  • Sentimos insatisfacción y estar atrapados en un tiempo sin límites entre las obligaciones y la despreocupación.

 

Aprovecha la oportunidad que te brinda el período estival.

El verano nos invita a salir, divertirnos, a probar cosas nuevas, tanto si estás de vacaciones como si trabajas puedes hacerlo al finalizar tu jornada.

Son unos meses ideales para crear planes apetecibles que nos ayuden a soltar a nuestro yo profesional. Comprobarás que cuando te garantizas oportunidades de entretenimiento, estás más vital y con la energía suficiente para cada día, y que estas paradas técnicas son necesarias tanto para ser felices, como para volver al trabajo en plenas facultades.

 

Tienes muchas claves a tu alcance para conseguirlo, elige las que más van contigo.

Practica:

  • Stop pensamientos profesionales: ¿con quién estás cuando estás en tu tiempo libre? intenciona enfocarte en lo personal y deja pasar las preocupaciones laborales, o de lo contrario en lugar de compartir buenos ratos contigo mismo o con los demás, seguirás enganchando a tu espacio de trabajo.
  • Libérate de creencias limitantes del tipo “no sé estar sin hacer nada”, o “soy imprescindible en mi trabajo”, porque si lo piensas tu mente se lo creerá. Mejor descubre tus hobbies y aprende a delegar en otras personas.
  • Dale quietud a tu sistema nervioso, alejándote del ruido, las pantallas o la hiperactividad, y si te atreves, apaga tus redes sociales y pon en valor en qué eliges emplear tu preciado tiempo.
  • Come sano y respeta tu sueño.
  • Encuentra qué es lo que más te gusta hacer y hazlo.
  • Cultiva la atención plena en el presente.
  • Configura tus comunicaciones profesionales para incomunicarte al terminar tu jornada.
  • Crea rituales de desvinculación: elige lugares y rodéate de gente “vitamina”, cámbiate de ropa y no tengas a la vista tus herramientas laborales. Que tu cuerpo se entere que hay momentos para relajarse y otros activarse.
  • Cuida de tus emociones, y conéctate a la risa y la alegría de vivir siempre que puedas.

 

Las empresas conscientes conocen y procuran los beneficios de la desconexión laboral, del mismo modo, tú también puedes hacerlo, porque conectar contigo y con lo que te gusta es cosa tuya.

 

Ángeles Roa García

Coach&Mentora Laboral

 

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Descubre tus talentos y ponlos a funcionar.

 

Todos tenemos la habilidad de hacer algo de forma tan fácil y natural, que ni nos damos cuenta de que se trata de nuestros talentos.

 

Entendemos por talento, esos dones o “capacidades para” que nos distinguen en nuestro hacer, bien porque son innatos o porque hemos aprendido a desarrollarlos, al practicarlos una y otra vez.

Y aunque dar con estas habilidades ocultas que duermen en nosotros es un antídoto increíble contra la apatía y la desmotivación, no suele ser fácil hacerlo. Afortunadamente, existen estrategias de autoconocimiento que nos permiten identificarlos, ponerlos al servicio de nuestra autorrealización y entregarlos a quienes nos rodean.

Para descubrir tus mejores cualidades, es imprescindible que te conozcas a ti mismo. Te ayudará practicar lo siguiente:

 

  1. Recurre a los te conocen

Mirar dentro de ti y verte, es difícil cuando nadie nos ha enseñado. Por eso, para poder detectar tus capacidades es muy valioso apoyarte de la mirada de quienes comparten vida o trabajo contigo.

Puedes pasarles una pequeña check list en la que te indiquen: qué es lo que más admiran de ti, en qué ven concretamente que sobresales y dónde te pondrían a trabajar para que el mundo fuese un lugar mejor.

 

  1. Indaga en tu infancia

Tira de tus recuerdos y revisa:

  • En qué actividades se te iban las horas sin que te dieras ni cuenta.
  • Cuáles eran tus juegos favoritos.
  • Y si tenías este sueño, quién querías ser de mayor.

 

  1. Hazte algunas preguntas

Tómate unos instantes de tranquilidad, y anota las respuestas que te lleguen a las siguientes preguntas: ¿qué es eso que siempre has sabido hacer sin ayuda?, ¿por cuáles características piensas que recibes reconocimiento?, ¿qué personaje adoptas en los grupos y que cuál es tu mejor aportación en ellos?, ¿cómo te presentarías en 3 palabras si te dieran un premio a nivel mundial? y, por último, ¿si no necesitarás un sueldo para vivir, qué trabajo harías de forma gratuita?

 

  1. Registra tus mejores logros

Haz una línea de tiempo desde que eras pequeño hasta hoy, en la que marques y escribas lo que has conseguido por tus propios méritos, que hace que te sientas orgulloso de ti mismo.

 

  1. Explora tus pasiones

Indaga acerca de cuáles son las actividades que más te interesan y los temas que cuando hablas de ellos te iluminan la cara, sobre los que te gusta leer o investigar.

 

  1. Haz cosas nuevas

A veces nuestros dones están enterrados y únicamente sabemos de ellos cuando hacemos algo distinto. Practica nuevas actividades y sorpréndete de lo que aún no sabes que sabes hacer.

 

  1. Utiliza los tipos de personalidad

El Eneagrama, los 12 arquetipos de Carl Jung o las técnicas de roles de equipos, entre otras muchas que existen, te aportarán información sobre ti y acerca de lo que te sale sin esfuerzo.

 

  1. Haz un proceso de coaching

Porque es una metodología útil, que se enfoca en vernos más allá de lo que solemos mostrar y que nos lleva a mirarnos con otros ojos, facilitándonos ver cuál es esa mezcla de lo que nos gusta y nos cuesta poco esfuerzo.

 

Sea cual sea tu edad y tu momento siempre estás a tiempo de incluir tus talentos en tu día a día dándole un mayor sentido a lo haces, empoderándote y abriéndote a nuevas oportunidades personales, profesionales para ti y para tu comunidad.

 

Y recuerda, el verdadero talento, no consiste en conocer los dones que tenemos, si no en lo que hacemos con ellos.

 

Ángeles Roa García

Coach&Mentora Laboral

 

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No rebajes tus metas, aumenta tu voluntad.

 

SACA LA FUERZA DEL QUIERO QUE HAY EN TI

En la era de la inmediatez, cuesta más que nunca desarrollar la fuerza de la voluntad. Nos resulta difícil mantenernos constantes y con determinación para disfrutar de una buena salud, una economía saludable, relaciones positivas y éxito profesional.

 

Voluntad: una habilidad esencial que no te puede faltar

Relacionamos la fuerza de voluntad con “querer hacer algo y hacerlo” y con la intención de conseguir los objetivos que nos hemos propuesto. Para ello hemos de cultivar la capacidad de autogestionar nuestros impulsos, emociones y pensamientos e integrar hábitos al servicio de las decisiones que tomamos para cumplir las metas que nos planteamos a medio y largo plazo.

 

Y, sin embargo, algo nos está fallando

Vivimos en un tiempo que prima y favorece la satisfacción rápida y sin esfuerzo, en el que recibimos demasiados mensajes del tipo: “si lo deseas con esmero y crees que puedes, es tuyo”, “no pierdas tu tiempo, aprende deprisa” o “consíguelo ya”, y luego de pensar que todo es posible bajo esta misma fórmula, nos frustramos porque nuestros deseos no se cumplen, y pensamos que la vida es injusta.

Quienes nos dedicamos al coaching, sabemos que para conseguir lo que te propongas, no basta con identificar lo que quieres y creer que puedes, sino que hay que sumarle la intención de tomar acción y cambiar las conductas que no te favorecen, procurarte los recursos que te ayuden a vencer el dejar para mañana lo que puedes hacer hoy, y abandonar la idea de que tus metas llegarán a ti como por arte de magia.

 

Recupera tu capacidad de esfuerzo

Las personas que saben lo que quieren, enfocan su atención en ello, gestionan sus emociones y elijen sus acciones con consciencia, tienen más posibilidades de alcanzar sus ambiciones.

Es importante conocer, que hay una parte de nosotros que actúa movida por impulsos, que se deja llevar por los estímulos externos y la recompensa inmediata, y otra más sabia, que permite posponer dicha recompensa y protege las metas futuras relevantes, y que cuando se entrena con disciplina, a base de repetir y repetir, como si fuera un músculo, genera buenos resultados, a pesar de que nos cueste un poco más al principio.

Recordemos que nuestro cerebro tiende a hacer lo que le resulta más fácil, cómodo y conocido, y que necesita de un tiempo para acomodarse a los nuevos hábitos que incorporemos en nuestro día a día.

 

¿Cómo hacerlo?

  • Empieza por identificar cuál es la meta más importante a medio largo plazo que te gustaría cumplir e imagina cómo cambiará tu vida cuando la logres.
  • Revisa qué deseos inmediatos te distraen y alejan de ella, y ponlos a dieta.
  • Para reforzar el compromiso contigo mismo, implica a otras personas que te sumen en avanzar.
  • Genera un contexto adecuado y rodéate de quienes estén alienados con tus deseos.
  • Práctica la atención plena y reconoce tus pensamientos, emociones.
  • Aprende a decir no.
  • Alimenta tu cuerpo y tu mente para estar vital, y recuerda que el estrés y el cansancio son las mejores excusas para no hacer lo que te cuesta.
  • Elige los momentos del día, en los que te sientas con más fuerza para integrar nuevos hábitos que te impulsen hacia tu situación deseada.

 

Te garantizo que, si a un quiero, le sumas un puedo, más un lo haré, lo que obtendrás es un consigo, aplicando estos cómo y alineando todas las áreas de tu vida con lo que deseas lograr.

Porque dónde cultivas tu voluntad, el logro florece.

 

Ángeles Roa García

Coach&Mentora Laboral

 

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Hacer peticiones: clave de los equipos saludables y efectivos.

 

Los equipos sanos son aquellos en los que sus miembros no tienen miedo a pedir.

La queja es una función vital en los primeros años de vida, a través del llanto el niño sin recursos llama la atención de los adultos para que se hagan cargo de sus necesidades.

Después, en nuestra vida adulta, es normal que nos quejemos de vez en cuando, pero no lo es vivir instalados en la queja y en tratar de que sean los demás quienes se hagan cargo de nosotros.

En el mundo laboral, existe poca cultura del pedir, y ello es así porque arrastramos creencias de todo tipo, “¿qué van a pensar de mí?, se van a dar cuenta de que no puedo, deberían de darme lo que me corresponde”, y así un largo etcétera que bloquea la sana actitud de hacer peticiones.

 

Cada vez que evitamos pedir, limitamos oportunidades de conseguir

 

Si en lugar de poner el foco en lo negativo de pedir, lo ponemos en los cambios positivos que provoca el hacerlo, seremos mucho más eficaces y colaborativos.

Cuando hacemos una petición concreta y honesta, si la respuesta en un sí, el cambio es inmediato, y si es un no, inmediatamente podemos buscar alternativas.

 Recuerda que participamos en el resultado de lo que tenemos, y que hacer lo que está en nuestra mano aumenta las oportunidades de conseguir lo que queremos.

 

Emociones: superar la incomodidad del no y el mostrarnos vulnerables

La mayoría de las personas tienen dificultades hacer peticiones por miedo a recibir un no. Sin embargo, cuando en un equipo se instaura la costumbre de pedir, sus miembros disfrutan de relaciones de confianza, auténticas y prácticas, mientras que cuando hay miedo a hacerlo, suceden emociones de resentimiento, frustración y enfado, mientras esperamos a “que mi jefa me de ese proyecto que quiero o a que alguien vea que en mi mesa no caben más papeles”.

 

Pedir nos conecta, quejarnos nos aleja

Aprender a pedir es tan importante como darse a los demás, y más que una fragilidad es una fortaleza, porque atreverse a mostrar vulnerabilidad o a sostener un no, es síntoma de personas fuertes y saludables.

Hacer peticiones nos une, porque descansamos en la confianza de que podemos manifestarle al otro lo que necesitamos y respetar su disponibilidad para hacer o no, eso que le hemos solicitado: aquí está la clave.

En un equipo en el que sus miembros no se atreven a pedir, habrá serias dificultades para establecer objetivos comunes y cumplirlos, autorevisarse, dar feedback y lo que es peor, permitirse el error y la innovación.

 

¿Cómo hacer peticiones correctamente?

Te recomiendo seguir estos pasos:

 

  • Elige el contexto y asegúrate de que la otra persona está lista para escucharte.
  • Plantea lo que pides completamente: qué quieres, cómo lo quieres, dónde, cuándo, y a quién implica.
  • Verifica que has sido lo entendido, y que el otro tiene los recursos y la capacidad de hacerlo.
  • Contempla la opción de un no a tu petición, y entiende que esto significa: “no estoy en disposición de hacer lo que me pides”, y que no significa: “te rechazo a ti”.
  • Si te da miedo recibir una negativa, recuerda que no es algo malo, al contrario, lo malo es decir sí a todo.
  • Pregunta opciones, para el caso de que no se pueda acceder a lo pides.
  • Agradece de corazón cada respuesta que recibas.

 

Cuando integras la conducta de pedir en tu trabajo, fomentas equipos con miembros responsables, se generan relaciones saludables, un buen clima laboral y mejores resultados.

 

Ángeles Roa

Coach&Mentora Laboral

Experta en Liderazgo y Gestión de Equipos

 

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El Poder de la Autoconfianza

 

Nacemos con confianza plena, intentándolo todo desde que somos bebés, sin temor a que se nos caiga la cuchara al comer o a tropezarnos cuando comenzamos a andar.

Pero a medida que crecemos, la seguridad en nosotros va disminuyendo a consecuencia de los mensajes que grabamos del entorno cercano, de lo que otros esperan de nosotros y de lo que se valora por el contexto social.

 

La confianza se construye

La buena noticia, es que en cualquier momento podemos restaurarla, incrementarla y conectarnos con ella si sabemos cómo hacerlo.

Imagina que la confianza es como tener un depósito dentro de ti, que cuando está lleno te permite avanzar y conseguir lo que te propongas, y que si se vacía te impedirá lograrlo. Si quieres que no te falté este apreciado combustible, puedes empezar a practicar lo que te ayuda a subirlo.

 

El cuento que te cuentas, cuenta (y mucho)

¿Has escuchado hablar de las creencias limitantes?, ¿esas opiniones negativas que damos por buenas en forma de no puedo, no sé, no valgo o no me lo merezco? Para cultivar tu confianza, verifica si lo que te dices es una verdad absoluta, o si se trata de opiniones externas que a lo largo de tu vida has ido dando por buenas. Te adelanto que la mayoría no son verdad, y que te abrirás a nuevas oportunidades si las sustituyes por un discurso de respeto y buenas palabras hacia ti.

 

Ser realista, la base de tu autoestima

Pocas cosas afectan negativamente a tu depósito de confianza, como desconocer tus propias limitaciones. Para creer en ti, comienza por plantearte y comprometerte con metas que estén dentro de tus posibilidades. Conseguir lo que sí puedes, te dará la fuerza para adquirir nuevas capacidades y plantearte objetivos más ambiciosos.

 

Identifica tus recursos internos y expandirás tu potencial

Seguro que practicar la mirada apreciativa y reconocer lo que sí tienes, es algo que no acostumbras a hacer, y sin embargo, es la fuerza motriz más fuerte que posees: tu poder interior.

Ser consciente de todo lo bueno que tienes, te llevará a un segundo nivel. Puedes acompañarte de un profesional que te ayude a identificar tus conocimientos, talentos, habilidades, logros y valores. Hacerlo disolverá tus inseguridades.

 

Acepta la imperfección y valora el error

Cuando crees que tienes que hacer las cosas “bien” todo el tiempo, ignorando que equivocarnos es valioso y necesario para nuestra evolución personal,  disminuyes intensamente tu autoconfianza y sufres. Sabernos vulnerables, imperfectos, con derecho a pedir ayuda y aprender, no solo es una fortaleza si no que nos conecta como seres humanos.

 

Identifica tus emociones, y atrévete a actuar con miedo

No debes sentirte plenamente confiado para atreverte actuar. Más bien descubre cómo te sientes en la incomodidad de no verte totalmente capaz, y si lo que te planteas es realista y razonable, date la oportunidad de entrar en acción y llevarlo a cabo “como si tuvieras confianza” . Hacerlo así, es la forma de generar experiencias de logro y de que poco a poco desaparezcan tus sensaciones debilidad o bloqueo.

 

Tu postura, una buena aliada

Según los expertos, entre ellos la psicóloga Amy Cuddy, el adoptar una pose de poder, erguidos, bien anclados y expandiendo el cuerpo, nos cambia la bioquímica interna, subiendo la testosterona (hormona de la fuerza) y disminuyendo el cortisol (hormona del estrés). Por eso, es importante adoptar esta clase de posturas y ser consciente de que te servirán cuando necesites de una mayor confianza.

 

Y recuerda, el momento del cambio siempre es ahora, elige cultivar tu autoconfianza y vive la diferencia.

 

Ángeles Roa

Coach&Mentora Laboral

Experta en Liderazgo y Facilitación de equipos

 

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Asertividad: La habilidad que te cambia la vida.

 

Quizás te reconozcas en alguna de estas situaciones relacionadas con la asertividad:

  • Estás esperando tu turno, alguien no lo respeta, te violenta y no llegas a decirle “disculpa, estaba yo”.
  • Una amiga te pide ir a recogerla al aeropuerto y aunque te va fatal, te sientes mal si no lo haces.
  • En tu trabajo te vas cargando de tareas, cada vez haces más horas y no te atreves a decir no.

Si decir lo que quieres te provoca tensión, entenderás lo valioso de aprender a

expresar de la mejor manera posible lo que piensas, sientes y necesitas, respetando tus derechos y los de los demás. Algo que está muy ligado a tu inteligencia emocional y a la forma en la que te comunicas.

 

¿Qué son los derechos propios?

Cuando expresas tus deseos, independientemente de si lo consigues o no, logras vivir de forma más auténtica y relajada. Y al hablar de derechos, nos referimos a todo aquello que te pertenece:

  • Estar disponible o no.
  • Tener tu propia visión de las cosas.
  • Hacer peticiones.
  • Mirar por tus intereses y cumplir tus metas.
  • Recibir reconocimiento por lo que haces bien.
  • Decir no sin culpa.
  • Soltarte de los problemas ajenos.
  • O cuidar de ti y de tu espacio.

 

Identifica tus obstáculos

 Nuestra personalidad se desarrolla de la mano de condicionamientos familiares, sociales y culturales.  A muchos nos educaron en la idea de que lo primero es satisfacer y priorizar a los demás, que es egoísta atender las propias necesidades  o que es mejor callar que decir lo que piensas. Además, existen otros factores que pueden estar dificultándote tener un comportamiento asertivo:

  • El miedo al rechazo
  • Creer que no puedes negarte a hace algo
  • Baja autoestima
  • No contar con habilidades de comunicación
  • Temor al conflicto
  • Llevar mal que te digan que no
  • Pensamientos arraigados que te condicionan negativamente.

 

Revisa si te sientes identificado con algunos de ellos.

 

¿Cómo logro ser asertivo?

 Por fortuna, podemos aprender a serlo. Te ayudará:

 

  • Ser consciente de los efectos negativos que te genera no poner límites: sobrecargarte, consentir relaciones que no te gustan, estar en trabajos y lugares que no te hacen bien o descuidar tu salud. Pregúntate ¿hasta cuándo puedo estar así?

 

  • Salir del sí automático. Expresiones cómo “déjame que lo piense” o “miro mi agenda y te digo”, te darán un tiempo para revisar si realmente quieres hacer algo.

 

  • Aprende técnicas en gestión emocional y para comunicarte. Te servirán los pasos de la Comunicación No Violenta de Marshall Rosenberg: hablar desde ti, nombrando lo que ves objetivamente, sin agredir ni enjuiciar, compartiendo lo que piensas, “tu visión”, evitando imponer tus razones, mostrando cómo te sientes con lo que está pasando, que es lo que tú necesitas y haciendo peticiones concretas.

 

  • Entiende que decir no, no significa rechazar a quien que te pide algo, si no que “no estas disponible para hacer eso que te pide”, e igualmente cuando la petición es hacia ti.

 

  • Date cuenta de a qué dices no, cuando dices sí.

 

  • Enfadarse es saludable, utiliza tu enfado para limitar, en lugar de autolimitarte.

 

Habilidad transformadora

Valorarnos y hacernos valer desde el respeto mutuo, es una habilidad personal y profesional de las más importantes y cuando la conviertes en un hábito:

  • Clarificas tus objetivos.
  • Consigues mejores resultados.
  • Fortaleces tu autoestima y confianza.
  • Eres honesto, humilde y de fiar.
  • Te respetas y respetas.
  • Pides ayuda.
  • Y disfrutamos de relaciones satisfactorias.

 

Con asertividad te transformas, transformas tus relacionales y la vida se vuelve más fácil.

 

 

Ángeles Roa

Coach&Mentora Laboral

Experta en Liderazgo y Facilitación de equipos

 

 

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