REUNIONES RETROSPECTIVAS

 

Mirar al pasado, para redefinir el futuro.

 

Aunque hay etapas, como el mes de diciembre, en las que es habitual hacer balance de los meses pasados, existe una técnica poderosa utilizada por los equipos denominados “ágiles”, que propone mantener la voluntad de autorevisarse durante todo el año para mejorar las dinámicas relacionales, los procesos de trabajos y la productividad.

 

¿En qué consiste una retrospectiva?

Se trata de una reunión que realizamos para reflexionar juntos acerca de cómo hemos trabajando, identificando impedimentos, áreas de oportunidad y acciones concretas a seguir.

Puede realizarse después de una entrega o prestación de servicios, cuando finaliza un ciclo de trabajo, como encuentros quincenales o mensuales, o programarse para resolver un tema en particular, por ejemplo, una situación de conflicto o de crisis.

La clave está en que sean periódicas, y que sirvan tanto para reconocer lo que nos está fallando como lo que estamos haciendo bien.

 

Beneficios de compartir y tomar conciencia

Cuando se realizan con honestidad y compromiso, las retrospectivas potencian el trabajo colaborativo, la motivación, fortalecen la confianza, generan una buena comunicación, estimulan la creatividad conjunta y facilitan un rendimiento más eficiente y eficaz.

Si en el equipo faltan ciertas habilidades vinculadas a la comunicación, es recomendable hacer una labor previa con las posiciones que ejerzan un liderazgo, o acompañarse de un facilitador experto.

 

Esquema de una retrospectiva

Existen diferentes maneras de llevarla a cabo. Una de ellas puede ser a través de formularnos preguntas abiertas enfocadas y de seguir los siguientes pasos:

Preparar el escenario: el objetivo es lograr que las personas conozcan e internalicen los objetivos de la reunión y el tiempo programado.

Recolectar datos: con la intención de capturar todos los puntos de vista, emociones y hechos que nos proporcionen una visión común de la situación del equipo en relación con lo que se propone.

Generar ideas: para comprender y encontrar puntos de convergencia. Nos servirá indagar sobre:

  1. ¿Qué estamos haciendo bien y queremos seguir haciendo?
  2. ¿Qué queremos dejar de hacer?
  3. ¿Qué podemos empezar a hacer que nunca hemos hecho?
  4. ¿Qué obstáculos identificamos y cómo nos proponemos superarlos?
  5. ¿Qué más tengo para expresar y pedir?
  6. ¿Qué más puedo escuchar y aprender de los demás?

 

Tomar acciones: definir qué es lo prioritario y diseñar acciones a llevar a cabo, acuerdos de trabajo, o nuevas de resolver algo.

Cerrar: es importante que sea agradable, por lo que, si hubo conflictos o tensiones, es el momento de dejarlos ir. Se puede hacer una breve ronda para nombrar o escribir a modo de titular, qué cosas nos han gustado más y cuáles menos de la sesión, así cada uno puede expresarse y no irse con algo atragantado o a quejarse de lo que no pudo resolver en esta.  Se busca que las personas salgan con ganas de llevar a cabo sus compromisos y sostener los acuerdos que ellas mismas han elegido.

 

Autoconocimiento para ser más ágiles

No es posible hacer las mismas cosas y esperar resultados diferentes. Si lo que queremos es solucionar los problemas en las organizaciones y ofrecer un valor añadido, tenemos que empezar por cuestionarnos a nosotros mismos.

Quienes ejercen posiciones de liderazgo, tienen en la retrospectiva un recurso para el empoderamiento personal por la implicación que conlleva, además de ser una buena técnica para identificar las fortalezas, las limitaciones y el potencial de los equipos, fomentando relaciones más productivas y gratificantes.

Como consejo, conviene investigar sobre las diferentes formas de llevarlas a la práctica para sacarles el máximo partido.

 

Y recuerda, parar en un mundo rápido, nos ayuda a avanzar.

 

Ángeles Roa García
Coach&Mentora Laboral

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Cómo tomar decisiones acertadas, a pesar de las dudas.

 

Decidir es avanzar y adaptarse a los cambios.

 

Diariamente tenemos la oportunidad de decidir sobre distintas las situaciones que se presentan en nuestra vida personal y en el trabajo. Puede tratarse de resoluciones pequeñas y cotidianas, o de elecciones que cambian por completo el rumbo de los acontecimientos.

Dedicar un tiempo a la reflexión de las ideas y emociones que nos surgen, es útil y necesario para superar la inseguridad que conlleva, no obstante, también lo es aceptar que la mayoría de las veces es preciso asumir ciertos riesgos para avanzar y superarse con los cambios.

 

¿Qué facilita una buena toma de decisiones?

Si bien no existe una receta para dar en el clavo, estos consejos te ayudarán a identificar la opción que mejor se adapta a ti:

 

Acostúmbrate a actuar desde una visión global, the big picture

Por grande o pequeño que sea el reto que afrontes, primero de todo, trata de tomar distancia y observarlo como algo que impacta en una imagen futura mayor.

Puedes coger lápiz y papel y plasmar a tu manera tu situación actual y los posibles escenarios de futuro que se darán en función de tus elecciones presentes.

Incluye en tu visión tus objetivos a corto, medio y largo plazo, para que puedas revisar si lo que decidas hoy te impulsa o te frena en lograr lo que quieres para mañana.

 

Valora tus opciones en función de tus valores

Anota qué es lo que más te importa en este momento, identificando unos cinco valores (por ejemplo, éxito, libertad, salud, aprendizaje, resultados), porque tenerlos en cuenta, te servirá de brújula para calibrar si tus decisiones están alineadas o no con tus prioridades actuales.

 

Atiende lo que sientes

Cuando tenemos que escoger entre dos o más opciones, es normal que nos invadan ciertas emociones. Enfadarse, ilusionarse o tener miedo está bien, siempre que sea en su justa medida. Cierto temor te ayuda a ser prudente, aterrorizarte no, por eso ser consciente y saber gestionar tus emociones es fundamental. Te servirá compartir tus sensaciones con alguien cercano, e identificar si lo que sientes está condicionando tu objetividad.

 

Hazte responsable y acepta el error

Elegir conlleva tomar las riendas, asumir tu poder personal y el que eres partícipe de tu realidad. Si te cuesta hacerlo, es posible que interpretes los errores como fracasos, en lugar de comprender que son positivos y necesarios para tu evolución. Entiende, que cuando tratas de evitar equivocarte en exceso, te vuelves estático, acallando tu creatividad y disminuyendo tus oportunidades de cambio e innovación.

 

Asume ciertos riesgos con confianza y realismo

Las decisiones originadas en la seguridad de que sabrás darle la respuesta más adecuada a lo que venga, te permitirán aprender, conocerte y avanzar, siempre que seas realista con los recursos internos y externos que posees, y con tus limitaciones.

 

Genera momentos de quietud, intuye lo que más te conviene

Porque cerebro y corazón no actúan separados, además de ver, reflexionar y sopesar acerca de tus mejores opciones, date el tiempo y el espacio adecuados para sentir y escuchar lo que te dice tu instinto. Cuanto más conectado estés contigo, más fácil te será escuchar tu voz interior.

 

Y recuerda, acertar no es más que descansar en la tranquilidad de que haces las cosas lo mejor que puedes y sabes en cada momento, teniéndote en cuenta a ti y a los demás, y que si tus decisiones te llevan a escenarios que no son los que esperabas, siempre conservas el poder de elegir el paso siguiente.

 

 

Ángeles Roa García
Coach&Mentora Laboral

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Supera la ansiedad de encontrar un empleo

 

10 Consejos para lograrlo exitosamente en el actual mercado laboral

 

La búsqueda de trabajo ha cambiado tanto en los últimos tiempos, que son muchas las personas que se angustian y sufren porque no saben por dónde empezar.

La globalización del talento, el teletrabajo, el protagonismo actual de las “habilidades blandas”, soft skills, la digitalización, los rangos de edad y la pandemia, entre otros factores, están creando desafíos profesionales diferentes a los que hasta ahora habíamos visto.

 

En este artículo, te comparto algunos consejos que te facilitarán el conseguirlo con éxito.

 

Conoce tus objetivos profesionales

Primero de todo, determina tus metas a corto, medio y largo plazo, identificando a qué posición laboral aspiras y en qué sector quieres desarrollarte. Revisa con cuáles conocimientos, competencias y habilidades has de contar para poder desempeñarla, y a partir de aquí, podrás diseñar un plan de acción, sabiendo con qué cuentas y lo que te falta adquirir para alcanzar lo que te has propuesto.

 

Determina tu perfil profesional

Porque será la brújula que te permita acotar tu búsqueda de empleo y enfocarte en tus “empresas diana”. El perfil profesional, consiste en describir brevemente de forma clara el puesto al que optas, destacando tus capacidades, características personales, y las habilidades y experiencia que posees para el ejercicio de una profesión concreta. Si eres joven, muestra lo que puedes aportar a futuro.

 

Descubre tu valor diferencial

En un mercado altamente competitivo, has de tener meridiano lo que te hace diferente de los demás, “eso” por lo que han de contratarte a ti, y que es una mezcla de lo que sabes, tus experiencias, logros, valores, aptitudes, características, competencias en la materia y tus aspiraciones futuras.

 

Aprende dónde están las ofertas de trabajo

Recurre a los Servicios de Empleo Público de tu localidad, inscríbete en portales virtuales y metabuscadores adecuados para ti, acude a las Empresas de Trabajo Temporal, Agencias de Colocación y Headhunters, y utiliza las posibilidades que te ofrecen algunas redes sociales como Linkedin, Twitter y Facebook. Además, existen vacantes no visibles, a las que solo accederás si contactas a través de webs empresariales, conectando con RRHH o mediante tu red de contactos.

 

Diseña un curriculum de diez

Esta es una de las partes más complicadas, y a su vez más relevante para que te llamen a entrevistas de trabajo. Hacerlo bien, implica una fase de introspección y conocimiento de las nuevas tendencias del mercado, como el curriculum virtual o el videocurrículum. Además, es recomendable tener más de uno en función de tus objetivos profesionales y para adaptarlo a las condiciones de las ofertas.

 

Prepara al máximo tus entrevistas de trabajo

Investiga sobre la empresa a la que te diriges, las condiciones del puesto al que te presentas y prepara las preguntas clave que puedan hacerte. Conoce las clases de entrevistas que se utilizan hoy en día (virtuales, grabadas, en grupo o one to one) y cómo afrontarlas.

 

Utiliza cartas de presentación y motivacionales

Te servirán para contactar con RRHH y ampliar información relevante que no hayas incluido en tu curriculum. Además, sirven para hacer peticiones, solicitar entrevistas, enviar un dossier, resumir un proyecto o adjuntar cartas de recomendación.

 

Planifica, recopila datos y haz un buen seguimiento de tus acciones

Para que no se te pase nada, registra cada paso presente y futuro que des, y sigue de cerca tus procesos de selección (personas con las que has hablado, lugares, fechas, datos de contacto, …). Ten en cuenta que el interés que muestres en cubrir una oferta, puede ser un factor clave para que te elijan.

 

Elabora tu marca personal

Expresa quién eres y qué representas como profesional. Es algo que puedes visibilizar a través de varios canales: en tu curriculum, tus redes, durante la entrevista, con tu imagen personal o a través de tu comunicación, y es una forma de mostrar tu valor diferencial.

 

Déjate ayudar y cultiva un buen estado de ánimo

Porque buscar o cambiar de trabajo es un proceso complejo a nivel práctico y emocional, pide orientación y ayuda tanto a profesionales de los servicios públicos, como a coaches laborales, mentores y a tu círculo de contacto.

 

Y recuerda, con optimismo, foco y firmeza siempre se obtienen frutos.

 

 

Ángeles Roa García
Coach&Mentora Laboral

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Septiembre, el reto de mantener tu equilibrio interior

 

Cuando nuestra manera de pensar, sentir y actuar está en coherencia con lo que realmente queremos, encontramos la armonía en todos los meses del año.

 

Llega septiembre, y vivimos una de las transiciones más significativas del calendario. Venimos de un reseteo estival, una época de paréntesis en nuestro ritmo de vida habitual, en la que hayamos estado trabajando o no, llevamos horarios y actividades muy distintas al resto de estaciones, porque los días son más largos, tenemos otra temperatura y la oportunidad de hacer algo diferente a lo que nos invitan los tiempos de frío.

 

Adéntranos en el otoño no es igual para todos

Si eres una persona a la que le gusta su vida personal y su trabajo, las vacaciones son un período para coger energía, regresar con ilusión y poder afrontar nuevas metas comenzando el curso anual.

En polo opuesto están las personas desganadas, insatisfechas con lo que tienen, para quienes, tras días de desconexión y descanso, llega el momento y el “shock” de volver a una rutina, horarios y responsabilidades que se les hacen muy cuesta arriba. Por ello, se desestabilizan y sienten el peso de unos deberías que les provocan estados de tristeza, desmotivación, estrés e incluso ansiedad.

Y sin embargo, este malestar puede convertirse en una estupenda oportunidad para replantearse qué es lo que necesita ser modificado en sus vidas, o para elegir qué nuevos rumbos profesionales tomar.

 

Mirando septiembre con otros ojos

Cambio de ciclo, retos, tiempo de renovación, entramos en una nueva estación activa y agradable en la que seguir aprovechando los últimos días de calor.

Septiembre es un tiempo excelente para reordenarnos, planificar nuestra agenda personal y empresarial, simplificar y soltar lo que no nos es útil, al igual que comienzan a hacer los árboles con sus hojas, ideal para pararnos y “visionar” cómo serán nuestros próximos meses.

 

Póntelo fácil y sigue feliz tras el verano

Durante el año, la mayoría de nosotros hemos estado sometidos a presión, máxime teniendo en cuenta la pandemia Covid que estamos viviendo en los últimos años.

Hemos recibido el verano como agua de mayo para recuperarnos física y mentalmente de los meses anteriores, y por esta razón tanto si estamos bien con nuestras vidas, como sí no, es normal que nos cueste arrancar, volver al trabajo, al colegio si hay niños, y a los hábitos propios de este tiempo.

 

Lo bueno, es que podemos mantenernos en bienestar, si nos facilitamos la transición:

 

  • Primero de todo sé consciente de que rutina, descanso y nuevas ilusiones no son incompatibles.
  • Camina despacio, toma el sol y sigue previendo actividades para disfrutar todas las semanas.
  • Para y reflexiona qué es lo que deseas que esté presente en tu día a día, define tus objetivos y busca apoyo para ir a por ellos.
  • Planifica tu agenda y no te sobrecargues de trabajo los primeros días. Y si no organizaste tus metas y tareas antes del verano, ahora es un momento ideal para hacerlo siendo realista.
  • Crea nuevas conductas a favor de lo que sí quieres.
  • Si te tensionas, considera tus demandas diarias, puede ser una señal de que algo no te está funcionando o sea preciso soltar un exceso de ocupaciones.
  • Incorpora actividades físicas que aumenten tus endorfinas, para tener un buen estado de ánimo.
  • Regresa poco a poco a tus horarios habituales de sueño, antes de incorporarte al trabajo.

 

Recuerda que permanecer en equilibrio todo el año es posible, si te lo propones.

 

Ángeles Roa García
Coach&Mentora Laboral

 

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